Últimamente es muy común escuchar sobre la palabra “ansiedad”. Desde la presencia en la vida individual de cada uno de manera generalizada hasta una ansiedad que aparece sólo cuando hay ciertos estímulos delante, esta palabra parece que entra dentro de nuestra vida sin que nosotros le hayamos dejado entrar.
Pues este mes quería traerle a mis lectores un artículo muy mimado sobre este tema, ya que, se necesita información eficaz para aprender a solventar este proceso psicológico con mucha expresión física que genera malestar individual muy alto.
Para empezar quiero recalcar, que sentir ansiedad de vez en cuando forma parte normal de la vida en general. La ansiedad tiene un componente que en intensidad media nos ayuda, nos despierta para ejecutar tareas o incluso nos avisa sobre posibles amenazas reales en el día a día.
Sin embargo, cuando esa ansiedad empieza a manifestarse con frecuencia, esas preocupaciones y miedo intensos, persistentes y excesivos nos hacen que suframos un malestar intenso que nos interrumpe nuestros planes y sobre todo, los limita.
El punto más alto de la ansiedad que lo suelen llamar como “ataques de ansiedad” se refiere a “ataques de pánico” donde el episodio que sufre la persona tiene un intensidad muy intensa y el terror hace que alcance un punto muy alto donde parece que te puede llegar a pasar algo muy grave.
El problema lo encontramos cuando dentro de nuestras actividades diarias estos sucesos interfieren frecuentemente. La ansiedad y el pánico con intensidad desproporcionada hace que se convierta en tarea difícil de controlar, ya que pueden llegar a permanecer durante un amplio periodo de tiempo. Después de estos sucesos, el prevenir lugares, personas o sensaciones físicas es tan alto que nos convertimos en personas con limitaciones psicológicas muy grandes.
Existen muchos tipos de ansiedad, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V)* son: trastorno de ansiedad por separación, mutismo selectivo, fobia específica, trastorno de ansiedad social, trastorno de pánico, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad inducido por sustancias/medicamentos , trastorno de ansiedad debido a otra afección médica y otro trastorno de ansiedad especificado/no especificado.
La ansiedad se puede manifestar a nivel físico: sensaciones corporales, a nivel cognitivo: preocupaciones excesivas o miedo intenso, y a nivel motor: fobias o evitaciones de lugares.
Lo que está claro es que si sufres algún episodio de ansiedad de manera frecuente es que algo no está saliendo como esperamos. Como ya he explicado, todos tenemos ansiedad alguna vez, el problema está cuando es muy frecuente y genera mucho malestar, lo cual nos está limitando nuestra vida.
Existe tratamiento psicológico para este tipo de fenómenos cognitivos. Por lo tanto, quiero difundir palabras que suelen decir mis pacientes cuando abordamos el caso y conseguimos salir de esta batalla: “Ojalá hubiese venido antes y no hubiese estado viviendo con estas sensaciones durante todo este tiempo”. Y es eso, cuando la ansiedad nos ataca, tenemos que estar preparados para ganarle la partida, la batalla o la guerra. Si no tienes esos mecanismos, no esperes mucho a ponerle fin, ya que, muchas veces cuando más tardemos en ponerle solución, más nos resulta complicado plantarle cara.
Te propongo que si lo que has leído te ha hecho sentirte identificado, busques un psicólogo para ponerle fin. En consulta trabajo mucho los trastornos de ansiedad, así que, si no sabes de otro psicólogo puedes pedir cita conmigo. De todas formas, cualquier psicólogo estará cualificado para ayudarte, eso sí, siempre asegúrate muy bien de su número de colegiado, esto será la garantía de que esa persona podrá ayudarte sin problemas.