¿Por qué las dependencias son tan difíciles de romper?
Se me ocurren millones de razones, pero les voy a decir las seis más importantes.
1) POR PLACER. Por que a veces, más allá de lo doloroso de una dependencia, la relación nos brinda una cierta gratificación, de la misma manera que no se puede negar que la heroína da placer al yonqui, nosotros somos capaces de pagar cualquier precio por él.
2) POR LA ADICCIÓN A LA ANGUSTIA. Los altibajos estresantes de una dependencia emocional pueden tornarse adictivos en sí mismos. Es decir, mil veces hemos oído decir a gente que ha salido de relaciones altamente dependientes y destructivas que aquel fue el mejor sexo de sus vidas. Y probablemente sea verdad, por una razón muy simple: cuando la mayor parte de nuestra vida es triste, magnificamos los momentos de placer, que nos parecen mucho más gratificantes en comparación de lo que nos parecerían si nuestra vida fuera agradable. Y también que el ser humano se hace adicto a su propia química mental, y cuando uno está bajo los efectos del estrés las endorfinas que segregamos son muy tranquilizadoras, lo cual nos relajan y nos aportan eso que necesitamos.
3) COMO VÍA DE ESCAPE. PORque el estar concentrado en mantener la relación puede proveer una vía de escape para no afrontar los problemas personales y responsabilidades.
4) AUTOCASTIGO. Si uno no se quiere nada a sí mismo, ¿qué mejor manera de automarchacarse que liarse con alguien que le quiere menos aún?
5) POR CARENCIAS AFECTIVAS. Porque algunas personas conocen otro modo de relacionarse, así de simple. Al no haber recibido afecto verdadero, confunden las manifestaciones de afecto con el afecto mismo. A veces un «te quiero» solo sirve para justificar un montón de comportamientos que están negando en la practica esa afirmación.
6) SOCIEDAD. La sociedad en la que vivimos anima y sacriliza las relaciones de dependencia. La cultura de hoy tiene el concepto de «amor» como que todo lo justifica y compensa cualquier sacrificio.